Precisamente el destino ha
hecho que este post se retrase un día. Mi intención era comenzar el blog ayer,
que es cuando surgió la idea, pero tras 3 intentos fallidos de redacción, pillé
la indirecta y lo dejé para hoy, que tampoco es un día muy apropiado para
iniciar una aventura de esta clase, abrir mi alma al vacío, aunque es más que
probable que nadie lea esto, de hecho casi cuento con ello.
Por circunstacias
personales no puedo expresar todos mis sentimientos en las redes sociales, que
es donde los compartía hasta ahora.
Ante todo educación, soy la
Princesa Megan (evidentemente es un pseudónimo), soy una treintañera, soltera,
con sobrepeso, una vida laboral penosa, y la amorosa ni digamos. Vamos,la
descripción es de lo más genérica, pero es que soy una persona muy corriente en
varios aspectos; en otros, sin embargo, no soy nada normal.
Una vez hechas las
presentaciones os haré un resumen de lo que es mi vida en estos momentos:
Llevo atrapada en un
trabajo que no me motiva un año, un trabajo en el que tampoco cobro apenas,
vamos, una mierda de curro, y cuando pensaba que iba a tener una oportunidad de
mejorar, van mis jefes y me dan una puñalada metiendo a otro en el puesto
que yo pensaba que podía cuadrarme. O sea, que profesionalmente estoy muy
frustrada.
Familiarmente, aún vivo con
mis padres, y es desesperante porque tengo una madre que tiene que estar mala
en todo momento, es como sabe llamar la atención. Pasamos
tiempos difíciles, superó un cáncer, pero ella parece no
querer recuperarse y vive en una depresión perpetua que acaba
contagiándonos. Tengo un hermano con el que apenas hablo, porque toda su
vida la ha pasado ignorándome. Y mi padre es ese tipo de personas
que dice lo que sea por llevarte la contraria. Otro aspecto ideal.
Y amorosamente, eso es lo
peor de todo. Seguro que después de todo lo anterior pensábais que no
podía ir a peor, pues os equivocáis.
Llevo 3 años enamorada de
una persona, un chico, que es muy especial. Y no lo digo porque nunca me
haya enamorado hasta ahora, es que es así, para bien y para mal. Es un chico
muy dulce, guapo, con estilo, con sentido del humor, buena conversación, con un
buen futuro profesional y un cuerpazo. Pero evidemente no todo es bueno, su
trabajo es también un inconveniente porque curra 12 horas al día, con lo cual
su vida social es complicada, y cuando tiene huecos los dedica a sus
amigos, es la persona más impuntual del mundo, y a veces puede ser muy muy
irritante. Así y todo lo quiero, aunque tengo que dejar de hacerlo, ese es su
principal problema.
Veréis, hemos estado
jugando al perro y el gato el último año, porque él estaba recuperándose
de una dolorosa ruptura, pero me dejó una puerta abierta. Nuestra relación ha
sido una montaña rusa, llena de altibajos, pero siempre volvía por amor y
porque él siempre decía la palabra justa. Según él somos muy amigos, de
hecho, de las personas más importantes de su vida, aunque pueden pasar un par
de meses sin vernos. Yo estoy loca por él, de hecho, le he mandado mensajes
de Buenas noches cada día durante todo este tiempo. Pero en octubre
cometimos un error, nos dejamos llevar y nos acostamos y desde entonces la cosa
ha sido aún más rara. El caso es que me juraba y perjuraba que no se
acostaba con cualquiera así que pensé que al dar ese paso significaba
algo. Así es Peter (que tampoco es su verdadero nombre). El caso es que en
nochevieja le pregunté por whatsapp (porque llevo dos meses y medio,
casi 3 sin verlo a solas) que qué pasaba con nosotros. Y por fin, al cabo de 3
años habló claro, sólo como amiga. Eso me dolió más de lo que puedo admitir,
porque cuando estábamos juntos me trataba como su novia, de
hecho, nuestros conocidos pensaban que estábamos juntos. Pero debo seguir
adelante. Aunque me hizo prometerle que siempre estaría ahí para él, sé por
experiencia que cuando se dicen esas cosas la relación de amistad está más que
condenada.
Pero ahí no
acaba el tema del amor... Hay otro hombre más en mi vida. Se llama JAmes, y
entró en mi vida también hace 3 años, pero hubo una pausa de dos años y pico en
que no sabía nada de él. Lo conocí en una página de amistad, y estuvimos
hablando un tiempo, pero luego Peter entró en mi corazón y dejamos de hablar.
El caso es que somos amigos en una red social, y desde principios de verano
empezó a mostrar interés por mis publicaciones. En septiembre volvimos a
hablar, pero ha sido algo intermitente, y finalmente ahora en diciembre
hemos retomado con algo más de asiduidad nuestras charlas, que han tomado
matices más bien picantes. El caso es que él vive en otra ciudad, y no
podríamos tener una relación estable, sería a distancia. Además, yo sigo
enamorada de Peter, pero él no lo sabe, como es lógico. Además, casi siempre
soy yo la que tengo que iniciar conversación, y yo ya estoy cansada de tirar de
una relación.
En fin, que con este percal
me lanzo a este mundo blogger, como princesa de mi propio reino, porque no
quiero ser princesa de nadie (Peter me llama Princesa).
Y ahora sí que ya está,
espero que el siguiente post sea más corto, de cualquier forma os mantendré informados.
XOXO Princesa Megan