miércoles, 6 de enero de 2016

Presentación de una princesa

Precisamente el destino ha hecho que este post se retrase un día. Mi intención era comenzar el blog ayer, que es cuando surgió la idea, pero tras 3 intentos fallidos de redacción, pillé la indirecta y lo dejé para hoy, que tampoco es un día muy apropiado para iniciar una aventura de esta clase, abrir mi alma al vacío, aunque es más que probable que nadie lea esto, de hecho casi cuento con ello.
Por circunstacias personales no puedo expresar todos mis sentimientos en las redes sociales, que es donde los compartía hasta ahora.
Ante todo educación, soy la Princesa Megan (evidentemente es un pseudónimo), soy una treintañera, soltera, con  sobrepeso, una vida laboral penosa, y la amorosa ni digamos. Vamos,la descripción es de lo más genérica, pero es que soy una persona muy corriente en varios aspectos; en otros, sin embargo, no soy nada normal.
Una vez hechas las presentaciones os haré un resumen de lo que es mi vida en estos momentos:
Llevo atrapada en un trabajo que no me motiva un año, un trabajo en el que tampoco cobro apenas, vamos, una mierda de curro, y cuando pensaba que iba a tener una oportunidad de mejorar, van mis jefes y me dan una puñalada metiendo a otro en el puesto que  yo pensaba que podía cuadrarme. O sea, que profesionalmente estoy muy frustrada.
Familiarmente, aún vivo con mis padres, y es desesperante porque tengo una madre que tiene que estar mala en todo momento, es como sabe llamar la atención. Pasamos tiempos difíciles, superó un cáncer, pero ella parece no querer recuperarse y vive en una depresión perpetua que acaba contagiándonos. Tengo un hermano con el que apenas hablo, porque toda su vida la ha pasado ignorándome. Y mi padre es ese tipo de personas que dice lo que sea por llevarte la contraria. Otro aspecto ideal.
Y amorosamente, eso es lo peor de todo. Seguro que después de todo lo anterior pensábais que no podía ir a peor, pues os equivocáis.
Llevo 3 años enamorada de una persona, un chico, que es muy especial. Y no lo digo porque nunca me haya enamorado hasta ahora, es que es así, para bien y para mal. Es un chico muy dulce, guapo, con estilo, con sentido del humor, buena conversación, con un buen futuro profesional y un cuerpazo. Pero evidemente no todo es bueno, su trabajo es también un inconveniente porque curra 12 horas al día, con lo cual su vida social es complicada, y cuando tiene huecos los dedica a sus amigos, es la persona más impuntual del mundo, y a veces puede ser muy muy irritante. Así y todo lo quiero, aunque tengo que dejar de hacerlo, ese es su principal problema.
Veréis, hemos estado jugando al perro y el gato el último año, porque él estaba recuperándose de una dolorosa ruptura, pero me dejó una puerta abierta. Nuestra relación ha sido una montaña rusa, llena de altibajos, pero siempre volvía por amor y porque él siempre decía la palabra justa. Según él somos muy amigos, de hecho, de las personas más importantes de su vida, aunque pueden pasar un par de meses sin vernos. Yo estoy loca por él, de hecho, le he mandado mensajes de Buenas noches cada día durante todo este tiempo. Pero en octubre cometimos un error, nos dejamos llevar y nos acostamos y desde entonces la cosa ha sido aún más rara. El caso es que me juraba y perjuraba que no se acostaba con cualquiera así que pensé que al dar ese paso significaba algo. Así es Peter (que tampoco es su verdadero nombre). El caso es que en nochevieja le pregunté por whatsapp (porque llevo dos meses y  medio, casi 3 sin verlo a solas) que qué pasaba con nosotros. Y por fin, al cabo de 3 años habló claro, sólo como amiga. Eso me dolió más de lo que puedo admitir, porque cuando estábamos juntos me trataba como  su novia, de hecho, nuestros conocidos pensaban que estábamos juntos. Pero debo seguir adelante. Aunque me hizo prometerle que siempre estaría ahí para él, sé por experiencia que cuando se dicen esas cosas la relación de amistad está más que condenada.
  Pero ahí no acaba el tema del amor... Hay otro hombre más en mi vida. Se llama JAmes, y entró en mi vida también hace 3 años, pero hubo una pausa de dos años y pico en que no sabía nada de él. Lo conocí en una página de amistad, y estuvimos hablando un tiempo, pero luego Peter entró en mi corazón y dejamos de hablar. El caso es que somos amigos en una red social, y desde principios de verano empezó a mostrar interés por mis publicaciones. En septiembre volvimos a hablar, pero ha  sido algo intermitente, y finalmente ahora en diciembre hemos retomado con algo más de asiduidad nuestras charlas, que han tomado matices más bien picantes. El caso es que él vive en otra ciudad, y no podríamos tener una relación estable, sería a distancia. Además, yo sigo enamorada de Peter, pero él no lo sabe, como es lógico. Además, casi siempre soy yo la que tengo que iniciar conversación, y yo ya estoy cansada de tirar de una relación.
 
En fin, que con este percal me lanzo a este mundo blogger, como princesa de mi propio reino, porque no quiero ser princesa de nadie (Peter me llama Princesa).
Y ahora sí que ya está, espero que el siguiente post sea más corto, de cualquier forma os mantendré informados.
 
XOXO Princesa Megan

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